ENTRE SUTILEZAS ONÍRICAS Y PARTÍCULAS TEMPORALES, Fotografías de Carina Carriqueo. Por Laura Pomerantz
Entre el canto y la narración, el kultrún y la palabra, Carina Carriqueo
transmite una voz mapuche llamada Inchiñ. La muestra fotográfica Nosotros,
refleja una lectura actual de rostros de mujeres, hombres y niños, de
comunidades de Los Toldos. Inmersos en su cultura, nos dirigen una mirada que, a
su vez, emite la apreciación del ojo de la artista mapuche-gününa küna, quien,
en aquel entramado de miradas, nos invita a ser parte. Juego invisible, pero
transparente, abstracto y territorial, de inclusión.
El espacio compositivo se limita a un galpón con una pequeña ventana por donde
pudiera filtrarse la luz y un panel negro de fondo, cual ámbito de contención
para algunas de las fotografías, cuando para otras, el escenario circundante
envuelve a los retratados al aire libre, en ceremonia, detrás de una ventana. Y
entre gestos, cantos y sonrisas percibimos cierta dosis de nostalgia, cuyo
conjunto se fusiona con la atractiva indumentaria ancestral y la simbólica
joyería, así como con el entorno de matices emotivos, entre luces, sombras y
contrastes. Podríamos hablar de un ensayo fotográfico de partículas sutiles,
registros temporales y sensibilidad visual en el que subyace un bagaje cultural
íntimo y público, de identidad y confianza, pero también de desolación y
tristeza, etnocidio y el tan desgarrador genocidio. Tras fragmentos de
realidades tangibles, Carina concibe registros que dejan constancia de
testimonios, espejos que reflejan pasados y presentes, homenajes, cúmulos de
reacciones a procesos acallados y de injusticia. Capturar aquellas partículas
temporales le permite otorgarle vitalidad a la fotografía, llevándola más allá
de la identidad individual para reunir testigos de memorias colectivas y
reforzar la capacidad de resistencia.
A modo de conclusión.
En la cadena de las artes visuales, la exhibición
Inchiñ adquiere la cualidad de eslabón que emite estados de resistencia
atravesados por los pueblos originarios de la actual Argentina, de modo que los
matices en blancos y negros vayan iluminando lo que entre sombras atravesó
quiebres y fracturas, hasta alcanzar masacres deliberadas. He aquí una
herramienta creativa que se materializa en el lenguaje visual de Carina
Carriqueo. Mientras los artistas reactiven las inimaginables transgresiones, sus
propuestas tenderán a mantener una realidad imposible de silenciar, una memoria
que no sólo recupera testimonios y documenta reacciones, sino que también eleva
un compromiso de verdades ocultas, y porque no pensar incluso, en promover un
futuro de reparación. Nos sumamos pues, a la voz de Carina Carriqueo, con el fin
de acortar la brecha del monólogo y abrirnos al diálogo, a aprender acerca del
otro y a ir hilvanando la información para que los momentos de flaqueza se
transformen en momentos de recuperación, y podamos evocar un mundo más
promisorio y porque no, pacífico. Laura Pomerantz Buenos Aires 12-09-2024



